Nosotros, los humanos hemos tenido a mano desde el principio de los tiempos en la vida una herramienta capaz de dibujar nuestro paso en ella, mostrando el tipo de camino que queremos vivir y dejando de nuestro lado la elección del mismo. La herramienta es «el libre albedrío«.
A lo largo de nuestra vida nos percatamos poco e incluso nada de las repercusiones que tienen en nuestro futuro y en el de los seres que nos rodean el tomar decisiones erradas o certeras con esta herramienta.
Con el paso de los siglos, y llegando la humanidad al estado actual de las telecomunicaciones, televisión, radio, Internet y habiendo recortado las distancias para llegar de un punto al otro del planeta, el libre albedrío juega un papel crucial puesto que se han minimizado las excusas de la desinformación o falta de conocimiento. Casi todo el planeta conoce en segundos lo que ocurre en otras latitudes lejanas sin necesidad de moverse de casa. Nuestra capacidad de informarnos correctamente llega incluso a nuestras manos a través de los teléfonos móviles (celular).
Conscientes de nuestra situación de ventaja en la cercanía a la información aunado a nuestro profundo deseo de aprender, podemos alcanzar la sabiduría, tolerancia y sentimientos de amor antes impensables.
Sin embargo, parece que somos como aquel cuento del niño que cuanto mas se le da mas quiere y parece no tener fin su ansia de tener lo material sin comprender lo espiritual y los sentimientos involucrados en cada acto de nuestras vidas.
Como niños que son, han llegado a este mundo sin complejos, culpas y tampoco con ideas preconcebidas. Son hermosos seres que tienen la infinita capacidad de jugar entre ellos sin importar su color, procedencia o raza; porque?, sencillo, porque no saben de eso, nadie los ha «programado» aun para que construyan barreras mentales contra el color de la piel, lugar de procedencia, color del cabello, o forma de hablar.
Esas «barreras» se implantan en sus pequeños cerebros gracias a las ideas preconcebidas por los adultos y el medio que los rodea, principalmente su hogar. Es allí precisamente, en su casa cuando comienzan a escuchar frases de separación, odio, avaricia e incluso donde se implanta mentalmente una de las peores y mas destructivas, la famosa; «Tanto tienes, tanto vales«. Que grave error para una vida terrenal que es efímera desde el unto de vista de la Luz Universal.
Los seres humanos llegamos al planeta de la misma forma que nos vamos; «SIN NADA«. Ni siquiera los tesoros de los conocidos faraones de Egipto recuperaron los tesoros que se enterraron con ellos. El ego, la avaricia y codicia de las personas le hacen creer que solo valen por lo material que les rodean y poseen. Sabemos de miles de personas con millones en metálico y rodeados de lujo cuyas vidas terminaron tan vacías.
En la actualidad, donde la información nos llega rápida y eficientemente, sabemos de casos de esos «famosos» que ha pesar de tenerlo todo (materialmente hablando), han acabado con sus vidas sin sentido, sin amor y en muchos casos sin otros que realmente los hubiesen amado por lo que eran y no por lo que tenían. Cuando desaparecen del plano físico, comienzan las peleas en la familia y parientes por repartir los incontables bienes del fallecido, haciendo de esta forma la continuación de la cadena de la avaricia, odio, y rencor.
Que piensas tú llevar cuando pases al siguiente plano, cuando abandones la vida, el aire y el lujo, cuando no puedas disfrutar del amor, de la familia y de la naturaleza que nos han dado?.
Estas dispuesto a permitir que tu vida solo se convierta en un conjunto de números en una cuenta de banco y la sumatoria de tus bienes, que lejos de aportar felicidad a otros, hará continuar la cadena del «QUIERO«, «ES MIO«, «ME PERTENECE» ?.
Recuerda que en tus manos, y solo en ellas esta la opción del «Libre Albedrío» para ir en un camino o escoger otro y sabrás con seguridad que esa elección afectará tu vida y la de aquellos que te rodean, puesto que el mundo y los que en él habitamos somos todos un solo ente de Luz interconectados.
«La Eternidad no es el más allá.. es esto. Si no la alcanzas aquí, no la alcanzarás en ninguna parte.»
Joseph Campbell
Saludos,
Jesús Grande
E-mail: jmanuel.grande@gmail.com
Jesús Grande 